En verano es la época del año en la que podemos disfrutar de más frutas con hueso. Refrescantes, sabrosas y sanas, y con un gran número de beneficios para la salud, las frutas con hueso son un buen complemento alimenticio para el paladar y para la salud.
En general, este tipo de frutas se caracteriza por su alto contenido en vitaminas (vitamina A, vitamina C y vitamina E), minerales (calcio, hierro y fósforo) y fibra, y sin añadir grasa. Nos ayudan en la síntesis de la melanina que es la defensa natural de la piel contra la radiación solar. Junto con la vitamina C, puede prevenir el daño de la radiación ultravioleta (UV) y reducir el riesgo de cáncer de piel. Además, aportan gran cantidad de agua al organismo ayudándonos a mantenernos hidratados durante esos días de calor intenso. Gracias a su alto contenido en fibra, las frutas con hueso promueven la regularidad intestinal, y ayudan a reducir los niveles de colesterol.
Conozcamos más acerca de las frutas de hueso:
Hueso o semilla: ¿es lo mismo?
Tal y como apunta la Real Academia Española (RAE), el hueso se refiere a “la parte dura y compacta que está en el interior de algunas frutas”. Mientras que la semilla es “la parte del fruto de los vegetales que contiene el germen de una nueva planta”.
Desde el punto de vista botánico, existe una parte que toda fruta posee, y nos referimos al pericarpio. En este se distinguen 3 capas:
- Epicarpio: corresponde con la parte externa que rodea al fruto y que denominamos piel o cáscara
- Mesocarpio: es la capa intermedia, es decir, la parte comestible del fruto
- Endocarpio: es la capa interna que envuelve a la semilla y que, cuando se presenta en formato endurecido, llamamos hueso
Frutas con hueso
Como comentábamos al principio, durante la época estival podemos disfrutar de las frutas con hueso más sabroso y nutritivo. Principalmente los melocotones, nectarinas, ciruelas o albaricoques. Sin olvidar el aguacate que en Frutos Ortega lo tenemos durante todo el año.
Melocotón
Para muchos el melocotón es la fruta del verano por excelencia. Su jugosidad y sabor dulce, acompañado de su intenso olor lo convierten en una de las frutas preferidas por la gran mayoría. Su piel aterciopelada es fácil de pelar aunque muchos prefieren su consumo con piel (siempre una vez lavada).
La principal virtud de los melocotones es su gran riqueza en carotenos, entre ellos la xantofila, que es el carotinoide que le da la coloración amarilla a esta fruta. Por lo tanto el melocotón, por su riqueza en Carotenos, Vitamina C y Selenio, se puede considerar un buen antioxidante.
Además esta fruta puede consumirse de diferentes maneras, ya sea fresco, en almíbar y mermelada. El melocotón forma parte de un gran número de platos de repostería y se utiliza en el acompañamiento de ensaladas y carnes.
Nectarinas
La nectarina es un derivado del melocotón. Su principal diferencia es la piel que, en el caso de la nectarina es lisa y brillante. Se caracteriza por un sabor dulce y un poco ácido pero igual de delicioso para su consumo en cualquier postre o helado.
Presenta un elevado contenido en agua y aporta muy pocas calorías. Además de ser rica en vitaminas B3, la nectarina ayuda a reducir el nivel de colesterol en la sangre, y contiene magnesio que equilibra el sistema nervioso siendo recomendada para el estrés.
Ciruelas
Es el fruto del ciruelo, un árbol perteneciente a la familia de las rosáceas y al género prunus, al igual que el melocotón y el almendro. Esta fruta tiene una amplia gama de variedades de colores que van desde el amarillo al rojo, tamaños y texturas. Algunas de las variedades más comunes son la ciruela pruna, claudia, gold y del terreno.
Las ciruelas destacan por su bajo contenido calórico y su acción drenante, por lo que es recomendable en dietas de adelgazamiento y depurativas.
Al igual que los melocotones, la ciruela es una fruta muy utilizada en cocina combinada con ensaladas y en salsas para acompañar carnes. También puede ser consumida seca que reduce su contenido en agua y aumenta los nutrientes e hidratos de carbono.
Albaricoques
Esta fruta destaca por su sabor suave y agradable. Su piel es aterciopelada como la del melocotón aunque más fina. Por su tamaño pequeño se recomienda tomar 2 o 3 piezas. Ración suficiente para aportar a nuestro organismo la mitad de vitamina A recomendada al día.
Esta fruta cuenta con grandes propiedades como son el hierro, potasio, calcio, magnesio y vitamina B3, una gran aliada para la vista, la piel, los huesos y el sistema inmunitario.
Los albaricoques también pueden ser consumidos secos, como las uvas o las ciruelas. Si bien debemos tener en cuenta que de esta forma contienen una mayor cantidad de azúcar que frescos.